Los propietarios de piscinas y spas pueden ser responsables de cualquier lesión en su propiedad dependiendo de una serie de factores. Si el propietario sabía, o debería haber sabido, sobre cualquier peligro en las instalaciones, son responsables de los accidentes que ocurrieron allí. La falta de contratar y entrenar adecuadamente a los salvavidas es un ejemplo de negligencia del propietario. Los propietarios de piscinas privadas tienen el deber de supervisar a los nadadores en todo momento y deben bloquear o restringir el acceso adecuadamente cuando no estén presentes. También pueden ser responsables de cualquier lesión que resulte de la falta de mantenimiento, como trampolines rotos, toboganes, desagües o escaleras.

Las empresas de equipos de piscinas pueden ser responsables si el equipo es de alguna manera defectuoso, ya sea en diseño o fabricación. La compañía también puede ser responsable si no advierte sobre los riesgos de sus productos de grupo. Las piscinas deben tener kits de primeros auxilios adecuados y desfibriladores externos automáticos en funcionamiento en todo momento.

Los accidentes relacionados con el agua pueden ocurrir en cualquier lugar, en cualquier momento. Los niños pequeños son particularmente susceptibles a la muerte o lesiones debido a charcos pequeños, cubetas de trapeadores o negligencia en centros de cuidado diurno. Las salidas familiares pueden volverse mortales si se permiten niños sin supervisión cerca de aguas abiertas. Cualquiera, incluso aquellos que han aprendido a nadar y están rodeados de parientes, pueden ser arrastrados por las corrientes impetuosas y ser llevados aguas abajo.